Aranceles de EE.UU. y desaceleración europea redefinen el comercio global de paneles solares

Comparte en tus
Redes Sociales

Las recientes medidas proteccionistas de Estados Unidos y la ralentización económica en Europa están reconfigurando el mapa del comercio internacional de paneles solares. Desde que Washington impuso nuevos aranceles a las importaciones provenientes de países como Vietnam, Malasia, Tailandia y Camboya, se ha producido un cambio significativo en los flujos comerciales, beneficiando a otros actores del sudeste asiático.

Indonesia y Laos ganan terreno en EE.UU.
Indonesia y Laos, cuyas industrias solares están mayormente respaldadas por capital chino, han capitalizado esta nueva situación. Según datos revisados por Reuters, la participación combinada de estos dos países en el mercado solar estadounidense pasó de representar menos del 1% en 2023 a capturar el 29% en los tres meses posteriores a la última ronda de aranceles, impuesta a fines de noviembre de 2024.

Estas exportaciones se multiplicaron por ocho, mientras que las ventas de los países sancionados cayeron un 33%, marcando un claro cambio en las dinámicas comerciales.

Cerrando rutas alternativas
El objetivo de estos aranceles es frenar lo que los analistas llaman el “puente chino”, un esquema en el que grandes empresas solares chinas utilizaban fábricas en países como Camboya y Tailandia para sortear restricciones previas a las importaciones directas desde China continental.

Yana Hryshko, directora de investigación de la cadena de suministro solar global en Wood Mackenzie, advirtió que las capacidades industriales en estos países podrían enfrentar cierres o reducciones significativas debido a las nuevas medidas comerciales.

Cambios en los patrones de importación
El impacto de estas políticas también se refleja en las cifras generales de importación solar de Estados Unidos, que cayeron un 26% desde junio de 2024. La participación de los países afectados por los aranceles se redujo del 82% al 54% en el mismo período.

Sin embargo, las importaciones de células solares, que pueden ser ensambladas localmente para esquivar algunas tarifas, se triplicaron, pasando a representar el 28% del total de las compras solares estadounidenses, comparado con el 6,5% del año anterior.

Indonesia y Laos han emergido como nuevos centros de producción para estas células, multiplicando sus exportaciones por 17 y consolidando su rol como proveedores clave para el mercado estadounidense.

Nuevos destinos para las fábricas chinas
Ante estas restricciones, los fabricantes chinos están explorando nuevos destinos para sus plantas fuera del sudeste asiático. Según datos de Rystad Energy, se espera que varios de estos actores se instalen en Turquía, Omán, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Etiopía para seguir abasteciendo a Estados Unidos.

En paralelo, las fábricas chinas que ya no pueden vender directamente a EE.UU. están redirigiendo sus exportaciones hacia Asia y África. En los primeros tres meses de 2025, el 37% de sus exportaciones se dirigieron a Asia, frente al 25,4% del año anterior, mientras que las ventas a Europa cayeron del 41% al 34% en medio de una desaceleración económica y altos niveles de inventario.