El Observatorio de Sismicidad Inducida (OSI) presenta una innovadora propuesta de ley destinada a prevenir la sismicidad inducida, un fenómeno peligroso relacionado con el uso de la fractura hidráulica en la explotación de hidrocarburos no convencionales, específicamente en la formación Vaca Muerta, ubicada en la provincia de Neuquén.
Esta iniciativa surge luego de años de estudio sobre los sismos que han afectado a la región desde la implementación de esta técnica de extracción. Desde 2018, se han registrado más de 500 eventos sísmicos atribuibles a esta práctica. “Es urgente contar con un marco legal que proteja tanto a la población como a la infraestructura crítica y el medio ambiente”, declararon desde el OSI.
La propuesta incluye la introducción de un sistema de “semáforo sísmico”, que marcará umbrales de magnitud e intensidad para activar medidas técnicas y operativas inmediatas. Además, se establecerán zonas de exclusión de 15 kilómetros alrededor de áreas sensibles, como escuelas y represas, donde no se permitirá la fractura hidráulica.
Otra de las propuestas centrales consiste en implementar un monitoreo sísmico en tiempo real y realizar evaluaciones de riesgo antes de cada operación de fracking. Esta normativa también asegura el acceso público a la información generada y promueve la participación ciudadana en la toma de decisiones en cuanto a estas actividades.
El proyecto ha sido redactado en un lenguaje accesible, respaldado por evidencia científica y ejemplos de normativas de otros países que han adoptado regulaciones similares. Está dirigido a la ciudadanía, autoridades gubernamentales, el ámbito académico y las empresas del sector, y puede ser consultado en el sitio oficial del OSI.
Con esta propuesta, el OSI busca dotar a la sociedad de una herramienta concreta para abordar un problema creciente que, hasta ahora, no contaba con un marco regulador específico en Argentina.
Acerca del OSI: Desde su creación en 2019, el Observatorio de Sismicidad Inducida es un organismo independiente que se dedica a monitorizar la actividad sísmica en la Patagonia argentina y generar conciencia sobre el impacto de la gran industria energética en la región, sin vínculos con empresas ni gobiernos.